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Sexismo Ambivalente

El concepto de actitud se analiza en psicología social desde dos modelos fundamentales: El modelo tridimensional y el modelo unidimensional.

Desde un punto de vista tridimensional (Rosenberg y Hovland, 1960) la actitud se entiende como una predisposición a responder a alguna clase de estímulo con cierta clase de respuesta, sea afectiva, cognitiva, o conductual. Es decir, según este planteamiento, la actitud tendría tres componentes:

El componente afectivo serían los sentimientos o emociones que provoca el objeto de actitud y que pueden ser positivos o negativos, de agrado o desagrado. El prejuicio, en tanto que afecto o evaluación negativa hacia los miembros de grupos socialmente definidos, formaría parte de este componente afectivo.
En segundo lugar, el componente cognitivo de la actitud incluiría el modo como se percibe al objeto de actitud y los pensamientos, ideas y creencias sobre él, que pueden ser favorables o desfavorables. El estereotipo, como conjunto de creencias sobre los atributos o características asignados al grupo, formaría parte de este componente cognitivo.

Y el componente conductual sería la tendencia o predisposición a actuar de determinada manera en relación al objeto de actitud. La discriminación, en tanto que conducta de falta de igualdad, sea de apoyo u hostil, en el trato otorgado a las personas en virtud de su pertenencia al grupo o categoría en cuestión, conformaría el componente conductual de la actitud.

Desde un punto de vista unidimensional (Fishbein y Ajzen, 1975) la actitud se entiende exclusivamente como un sentimiento general, permanentemente positivo o negativo, hacia una persona, objeto, problema, etc. (emociones hacia el objeto de actitud) y se proponen los conceptos de creencias (opiniones que la persona tiene sobre el objeto de actitud) e intención conductual (disposición a comportarse de una determinada forma en relación al objeto de actitud). Así, desde esta concepción, el prejuicio sería la actitud negativa hacia una persona o grupo, y el estereotipo la creencia.

El sexismo es una actitud hacia una persona o personas en virtud de su sexo biológico. Desde un punto de vista tridimensional de las actitudes entenderíamos por sexismo la respuesta evaluativa (cognitiva, afectiva y conductual) ante una persona en razón de su pertenencia a uno u otro sexo biológico; y desde un modelo unidimensional entenderíamos que la actitud (sentimiento) sexista estaría relacionada con determinadas creencias sexistas y con una intención de comportamiento discriminatoria. (Ferrer y Bosch, 2000).

La ideología sexista no igualitaria mantiene las diferencias existentes entre hombres y mujeres en cuanto a estatus y poder (Expósito y Moya, 2005; Gerber, 1995; Morilla 2001; Saltzman, 1992). El estudio del poder, y sobre todo de la lucha por su obtención y mantenimiento, es de enorme interés tanto cuando concierne a las relaciones interpersonales e intergrupales, como cuando se considera en la estructuración y jerarquización social (Rodríguez, Moya y Yzerbyt; 2006). El poder ha sido considerado un elemento clave en la etiología de la violencia (Babcock, Waltz, Jacobson y Gottman, 1993). Pero muchas de las teorías sobre el poder han descuidado la perspectiva de género, poniendo mayor énfasis en el aspecto interracial, internacional, colonial o en las relaciones interétnicas (Jackman, 1994).

 

Factores presentes en la Violencia de Pareja

El Machismo y los Micromachismos

Patriarcado y Paternalismo

El Paternalismo

Las Actitudes Sexistas

Nuevos modelos de sexismo

Teoría de la Dominancia Social

Modelo de Poder basado en el Género

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Terminos útiles:

La violencia

Poder y Genero

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La Escala de Sexismo Ambivalente (ASI)